13.8.09

Minutos de silencio

Entre la noticia y el luto pasaron horas. Hizo falta el sueño para entender, hizo falta el sazón onírico de la reflexión durmiente para entender el verdadero significado de lo que se me había sido comunicado.

Lo que me contaron, la liberación de los culpables de la matanza de 45 seres humanos, entre ellos niños y mujeres embarazadas, al ramo de lo inconcebible.Aceptando que la liberación se debe a una cuestión procesal, la impunidad se encuentra implícita, ninguno de los ministros se atrevió de decir que podían ser inocentes.

Los engranajes del autoritarismo que estuvieron detenidos durante la mal llamada transicion democrática se ponen en marcha de nuevo.

Ayer mientras en el Azteca se jugaba el orgullo nacional (sic) la Suprema Corte de Justicia ordenó la liberación de 20 de los acusados de la masacre de Acteal de 1997.

El mensaje es claro, la tenaza entre paramilitares y élites que aseguran la impunidad de las primeras ha vuelto a articularse. Suenan los tambores de la guerra en Chiapas. No podemos permitir otro caso mas de este tipo, hemos de mirar al sur, disipar la oscuridad del olvido para que esta ya no sea el manto con el que se cubrén los crímenes del Estado.