26.12.12

Oyendo al Eco...


Tita rezaba. Rezaba por todos. Rezaba con tanta devoción que dolía, como a ella le dolía el sufrimiento del mundo. Virtudes católicas, pero de alma buena.

Ahora tomo su mano para hacer y compartir con ustedes lo que ella hizo hasta el fin de sus días.


Si sientes que está ahí, habla.
A veces, aunque no responda, escucha.
Si la razón lo niega al exterior,
Búscalo dentro de ti.

Hasta los abismos del ser darán un eco.

Que tú inteligencia y tu humanismo
Corten a través de las tinieblas y las mentiras
Pero que no te vuelvan cínico,

Que tu soledad sea el silencio de las montanas,
Pero que tu cantar sea libre.
Tu alma que siempre este a un abrazo de distancia.
***
Que nadie evite oír el llanto
De esta madre tierra morena
Hasta aprendamos a escucharla.

Que cambie de color el dinero
Que el agua y el aire valgan más
Que el cianuro y el oro
Que regresen como la primavera
Las sonrisas que salpicaban las casitas
De valles, selvas, desiertos y montes.

***
Que el sufrimiento sea expulsado
De nuestros hogares y plazas
Pero que nunca más nos resulte ajeno.

Que las agonías de los padres
De hijos arrancados sean
Algo más que desgarradora poesía.

Que la sangre, tan devaluada en estos días
Deje de ser la moneda del sistema
Y la vida no tenga conversión a cifras.

Que los que mueren por sus semejantes
Sean los últimos casos de una epidemia
Que sean el definitivo, Nunca Más.
***
Que los que vienen tengan un lugar
Que los colores, matices y leyendas,
Sean un manto que los llene de orgullo.

Que el legado de los que se van no sea un vacio,
Si no sinónimo de nuestra historia colectiva y memoria
Alas y no grilletes, comunidad y no rencores.

Que se sanen las heridas que no dejan de sangrar
Que las culpas se transformen en perdones
Las nuestras, las de los otros, las de todos.
***
Que se vacíen los páramos y las mazmorras
De honestos, justos y valientes, y
que regresen a casa frente en alto como se marcharon

Que la rabia que ahora mantiene a los rebeldes
De pie y con el puño en alto en las sombras
No se transforme en odio.

Que la marcha que comenzó por la emancipación
Llegue a la cima allende nuestros sueños
Y que termine en un abrazo de hermandad y respeto.

Que aquellos que se han levantado del olvido
Una vez más con el baluarte de la dignidad
No ocupen el lugar de su monstruoso adversario.

Que esos avatares de la mortal injusticia
Regresen de sus palacios y su delirio
Y vean el mundo a ras del suelo.

Y que como aquellos que se oponen a su paso con voz de ‘No pasaran’
Sean libres.
***
Que resuenen desde los abismos los ecos!
Que dejen para siempre de ser la voz clandestina.