11.4.11

Carta postuma a Luis Torner Camargo

Querido abuelo (sé que tu carino no era de este estilo, pero ni modo)
?Que te puedo decir? Te me adelantaste con tu partida y me dejaste una bolsa llena de historias que quería compartir contigo. Historias justo del tipo que tanto nos gustaban, como las que me contabas cuando nos tumbábamos en las hamacas de la casa para escapar del calor del taller: tu trabajo como buzo soldador, las peripecias para cortejar a mi abuela, tu resistencia frente a la extorsión y el narco. Historias de viajes, de gente y de vida.
?Te acuerdas? Yo sí, y por eso me rehúso a escribirte como si fueras parte del pasado. Simplemente es imposible dejar de formar parte del presente de alguien después de haberle dado parte de ti durante tantos anos.
Sé que con un espíritu como el tuyo, siempre deseoso de construir, reparar y transformar el entorno el ocaso de tu estancia en este mundo te resultaba difícil de asimilar. Pero vaya! Tus historias de juventud pudieron haber despertado el hambre de mundo, pero el Luis Torner que conocí en persona me enseñó algo diferente. Me enseñó con el ejemplo la belleza de una vida que ha madurado hasta la tranquilidad como un río que después de su indómita juventud entre rápidos y cascadas evoluciona hasta ser un flujo manso y estable junto al cual se encuentra sustento en sus aguas e inspiración en su trayecto.
Te veo como ese río y también te veo como un árbol que ha pasado de lo lozano a la solidez. Puede que te frustrara ya no ser capaz de pasar 16 horas bajo el sol del Itsmo de Tehuantepec pero sin quererlo (o tal vez sin saber) hacías mucho más que lo que tu trabajo reflejaba. Viejo y nudoso, tu tronco fue el pilar sobre el cual se edificaron dos generaciones de la familia que lleva tu apellido mientras que la sombra de tu follaje dio refugio a todo aquel que sufría de la insolación y las tormentas de la vida ingrata. En ese santuario vivieron aves que llenaron de musica el espacio y su corteza fue el papiro en él se escribieron mil anhelos, proyectos, comedias y dramas. No lo ves?
En cuanto a mí, no nos pudiste dar nada más valioso que lo que en su momento nos diste; y no puedo recordar acto más heroico que ver esas manos marchitas tomando la viaja carabina del rancho para defender a tu familia de quien trataba de destruirla. Nunca se volvió a hablar de eso, lo dejamos pasar como se deja pasar un mal recuerdo, pero hoy -a pesar de entender y respetar las razones del silencio- te doy las gracias en voz alta. Ese agradecimiento ahora me sabe a vértigo cuando miro el vacío que nos corresponde llenar con tu partida. Un vacío que nunca se llenara del todo.
Sé que más que tu propio destino, te preocupaba saber que pasaría con los que se quedaban después de ti. No tiene caso negarlo pues la ultima vez me confesaste que querías seguir luchando hasta terminar los proyectos que asegurarían el bienestar de tus seres queridos. Aquella vez me partió el corazón ver la angustia en tus ojos cuando me preguntabas que pasaría con el trabajo de dos generaciones, ese nicho de oportunidad y proyecto de vida que tenia como nombre Rancho Cuatro Hermanos. Aun lamento no haber podido hacer nada para evitarte en el injusto dilema entre la venta de tu vida o la posibilidad de un conflicto que ya no podrías mediar. Ahora veo una ironía. A ti te preocupaba que pasaría con nosotros los vivos si el rancho dejaba la familia, a mí me preocupa que pasara con tus cenizas y las de nuestros antepasados si eso llega a suceder. No puedo decir nada más, solo tú sabes la respuesta ahora que la moneda esta en el aire.
A lo que si puedo responder son a las ultimas palabras que escuche de tu viva voz. Y he de decirte que tenias razón. Simplemente dentro del enorme espectro de posibildiades que nos da la vida dia con dia, la manera mas honorable de vivir no esta en el hedonismo desarraigado del viaje interminable; pues para que existan lugares paradisiacos y autenticos donde uno pueda desintoxicarse de la mentira del mundo en el que vivimos es preciso en primer lugar defenderlos y luchar por esos lugares y eso implica forjar un compromiso con los lugares donde se ha enterrado el corazon. Siempre sé esta en manos del azar y la causalidad, pero no hay manera más digna de vivir esa condición que manteniendo el valor de la palabra otorgada. Al fin y al cabo, nuestro pasado y nuestra palabra es lo unico que queda. No es así?
Pero hay más y esto también lo sabias.  
El imperio de estos tiempos de cambio nos conminan a sacar lo mejor de nosotros. Todos tenemos un camino unico e individual que tenemos derecho a explorar pero antes formamos parte de una comunidad que habita de manera compartida un barrio, un pais y un planeta que no solo tomamos prestado de nuestros hijos y nietos sino tambien de los de millones de especies animales y vegetales que tambien reclaman sus derechos como habitantes del mundo. Asi de fácil, u honramos la responsabilidad que tenemos dentro de estos tiempos o nos dejamos contagiar por esta ola de corrupción característica de nuestros días: que todo permea y todo destruye a nombre del enriquecimiento y el desarrollo exclusivamente individual. Nunca coincidíamos en las palabras, pero si en el mensaje: La vida según el sueno de enriquecimiento de algunos cuantos es insostenible y muy pronto veremos las leyes inmutables del cambio y la transformación manifestarse de maneras nunca antes vistas.
Puede que a ti no te tocara vivir este periodo -tú hiciste lo que te tocaba en el tuyo- pero para nosotros, los que nos quedamos (o por lo menos para mí) ese gran signo de interrogación es la única certeza y nunca fue parte de tus enseñanzas enterrar la cabeza a esperar el alud que se aproxima. En algún lugar de por aquí me dijeron que la época de los grandes maestros había terminado. Tal vez es por eso por lo que te vas en estas fechas. Pero me gusta pensar que si el curso terminó es porque la lección ya fue aprendida y que si hemos de entrar en la etapa más oscura de la noche con tu partida es porque más adelante habrá un nuevo amanecer. Sino para nosotros por lo menos para las generaciones siguientes que tendrán sustento en las raices de las cuales ahora formas parte.
No lo dudes ni por un momento abue Luis. Esos veranos y vacaciones contigo son de los momentos más felices de mi vida y si termino esta carta con una sonrisa es porque sé que esos recuerdos son un tesoro valiosísimo inscrito en mi corazón. Tu labor fue más que cumplida y ese ejemplo de vida seguirá marcando el buen camino de todos quienes te conocieron por muchos anos más.
Ahora, mi viejo, descansa.

Te quiero