7.12.08

Después del Liberalismo

Creo que la Política, la Sociología, la Historia y la Filosofía son ciencias que buscan respuestas a las grandes preguntas del hombre, cada una proyectando su luz a diferentes niveles de la realidad que nos rodea. Cuando estas luces se proyectan a un solo punto se crean los cuadros mas impresionantes que ha trazado el conocimiento humano sobre su realidad.

Motivado por este romanticismo académico y decidido a sacarle provecho a mi último semestre de universidad, tome la decisión de lanzarme a la aventura burocrático-académica de cursar la materia de Filosofía Política en la hermana Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM.

Después de conseguir cuatro sellos, 2 firmas, la CURP del profesor con la que cursaría la materia y una carta de aceptacion firmada por ese profesor (todo presentado por triplicado en dos ventanillas diferentes) inicié mi semestre como estudiante interfacultativo.

El primer día de clases estaba fuera del salón 10 minutos antes, llegó la profesora, se presentó y; cual sería mi sorpresa al oír la presentación del plan de estudios. Filosofía Política Contemporánea, del liberalismo clásico al neo-liberalismo.
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Guácala...

Inmediatamente me imaginé sentado junto a Milton Friedman alabando las bondades del Laisser-Faire. Oír la teoría neo-liberal... No necesito que me digan como es el neo-liberalismo, vivo ahi!

Decepcionado, le perdi interes al curso. John Stuart Mill era mi narcótico de cabecera, veinte o treinta cuartillas bastaban para hacerme dormir seis horas corridas. Luego vino el Utilitarismo, la Teoría de la Justicia y abordamos el Neoliberalismo. Omitimos el Estado de Bienestar por falta de tiempo (que irnónico no?).

Sin embargo, decidí sacarle el provecho que se pudiera y me propuse conocer lo mejor posible esa linea de pensamiento que me causaba tanta tírria. De esa manera podría criticarla mejor. Esta es mi reivindicación.

Debo admitir que si existen ideas bastante interesantes en el liberalismo. Que sin las premisas liberales del siglo XVIII no estaríamos donde estamos hoy en dia. La dicotomia de la libertad, las virtudes de la libertad y la preguntas que han tratado de atrapar un concepto tan enorme, resbaladizo e inalcanzable como el mar.

Por mas disociados que nos puedan parecer, Bakunin era un gran admirador de Mill. Las grandes revoluciones burguesas que se ven tan románticas y sugestivas al paso de los siglos fueron movidas por los ideales de la libertad. Liberté, egalité, fraternité, fué el grito de batalla en la toma de la Bastilla.

Sin embargo, el discurso liberal, despues de incendiar la mitad de Europa fue puesto cuidadosamente en un quinqué que alumbraría con una luz cómoda y segura los salones y estudios de aquellos que habían utilizado el preciado regalo de la libertad para el dominio de los demás. Se consargó el derecho a la apropiación de los bienes por medio de la libertad negativa, aquella que pertenece a la esfera inviolable de la libertad del sujeto.

El poder del capital, imbuído por la versatilidad del liberalismo se ha reformulado inumerables veces encontrando más y más sofisticadas formas de protegerse, reproducirse y arraigarse en el hombre. Restringiendo su potencialidad (al promover la desigualdad) y opacando sus libertades de pensamiento (mediante el discurso vertical de los medios masivos). No importa que sea el hombre más rico del mundo en el pais más desigual, su posicion de dominio tenderá a mantenerse ahi indefinidamente la posesión de su riqueza, la tenencia de los más grande capitales del mundo se ha vuelto el tótem de nuestro sistema. Sagrado e incuestionable.

Ese liberalismo, ese argumento a favor no de la propiedad de todos, sino de MI propiedad le da su caracter individualista. Un individualismo liberal que nos deja en otro Estado de Naturaleza, la jungla de asfalto. El libre mercado.

Hace años que ese liberalismo aburguesado se ha olvidado de su misión primigenia: ser el caldo de cultivo de todas las opiniones y de esa manera alcanzar la mejor condición humana posible. Dejó de caminar hacia la utopia y se sentó cómodamente a justificar, mediante teorias de mantenimiento las asimetrías de la sociedad.

Unas (como Rawls) que buscaban la solución en un debate hipotético, tan realizable como la utopia misma, en el que eruditos recién nacidos consagrarian como principios la tension entre las libertades, como forma de distribucion el mercado y la posibilidad de la desigualdad (como un mecanismo para mantener el funcionamiento del sistema) siempre y cuando se encargará con sus excedentes del problema de los que menos tienen.

Otras, (Nozick) utilizando de manera cínica la inviolabilidad de la libertad del individuo lo convertían todo en signos de suma y de resta. Un Estado Ultramínimo que se harií cargo de vigilar que se observe la justicia mercantilizada como objeto y sujeto; aceptando como algo necesario e inevitable que sobre unos, los que menos tienen, caiga todo el rigor de un sistema rapáz. La inmoralidad de este sistema se disfrazaría con los vestidos de la caridad (bienvenidos a la era teleton) y las injusticias del pasado -sin importar cuan traumaticas y definitorias hubieran sido- podrían ser corregidas mediante el envío de un cheque cada mes.

En otras palabras, lo que antes fué la palanca para poner en marcha un proceso histórico, hoy en dia funciona como un freno de mano. No es de sorprendernos porque Fukuyama le llamo 'el fin de la historia' al mundo unipolar dirigido desde Washington

Si dependemos de la caridad de unos pocos para mantener a la mayoria lo suficientemente viva para seguir siendo explotada, si la posición privilegiada que alcanzaron los menos a través del poder que da el dinero es vista como un dogma, ese liberalismo emancipador ha pasado a convertirse en una herramienta política e ideológica de dominación.

La ética liberal hoy, no solo permite sino que promueve el acaparamiento de recursos que son necesarios para la humanidad. El 'dejar hacer' ha guardado granos vitales en bodegas esperando que su precio aumente, permitió inundar Rwanda con machetes (a cinco centavos de dolar cada uno) dando pie al baño de sangre del 94, fomentó la plutocracia y ha despolitizado la política.

Unos me rebatirían (inteligentemente) que el descartar la ideología liberal, ignorar la invulnerabilidad de la riqueza sería caer de nueva cuenta en el Estado Total y en eso pueden tener razón.

Pero a manera de contra-argumento. ¿Qué no vemos hoy en día que ese medio que atravieza todas las esferas de la vida del hombre , el dinero ,ejerce un poder igual o más omnipotente sobre nosotros? Que ha amasado tanto poder que, aun cuando en su ejercicio de libertad ha generado el desequilibrio más crítico se siente con el valor moral de exigirle al Estado,-que tanto tiempo han catalogado de hombre enfermo- que salga a su rescate?

¿Cual es la diferencia entre el totalitarismo soviético y el que ejerce el 1% de la población la más rica, que tiene el 40% de todo el dinero del mundo sobre los demas?. El control de los medios sigue significando el dominio y hemos llegado a un nivel en el que todas las plazas del American Dream han sido ocupadas.

Con el sistema económico cayendo a pedazos, los responsables haciendo rabietas en sus yates, un complejo militar industrial antropofago que mueve los hilos detras de los palacios de gobierno y planes para dinamitar los ultimos recursos de agua dulce para de esa manera poder extraer el 'oro negro' es necesario que reflexionemos acerca de nuestra ética; reformularla si es que llegamos a la conclusión de que es necesario. Preguntarnos si es que avanzámos a la libertad o si es que estamos sobreviviendo a nombre de ella.

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