15.12.08

Redes, Elipses y Parabolas

El cyber espacio puede resultar un lugar tenebroso

Enorme, intrincado e impersonal

Como cuando las serpientes se hacen las distraídas

Esperando que la curiosidad le regale el alimento.


Pero a la vez

es como mirar un abismo.

Sentimos vértigo frente al,

vacio de la postmodernidad,


Que nos jala con gravedad infinita

a un mundo donde los hombres

de tanta comunicación,

han aprendido a vivir a través de cables.


Curiosa paradoja le impuso

La tekne al humano

Pues no fue más que un parpadeo

El tiempo que vivieron sin estar colgados de algo.


Uno no se cansa de recorrer,

de deambular a través del planeta

y divagar por anaqueles incorpóreos

Buscando manantiales de la información.


Desbordando mercancía para un mercado

Alimentado por info-pófagos insaciables

Criaturas simbióticas cuyo sueño colectivo

Han creado un universo paralelo.


Donde cada quien guarda su impronta,

Sus ideas, sus imágenes, su vida.

Las catacumbas de la sociedad de la información.

El mausoleo del los muertos futuros.


Ahí, donde la perversión y la locura

Convergen con la ciencia y la política

Donde cada página es un mensaje

Todas las voces suenan como la lluvia.


Seguimos viajando por el laberinto

Acompañados por la voz de Eco

Pues en este tiempo real

Solo vemos huesos fósiles.


La sombra de un guiño, el brillo de una mirada.

Todo, en su trayecto a la velocidad de la luz

Se seca hasta tomar una textura digital

Que Resuena de forma impersonal.


Así como la piel humana nunca sabrá

Lo que verdaderamente es el contacto

Así han de sentir nuestras palabras

Cuando las arrojamos a esta corriente.


Que saben que llegaran esterilizadas

A repetir nuestro mensaje

Con voz afónica de tanto frio

E impotencia de no abrazar a su receptor.


Entre esa dicotomía de lugar- no-lugar

A pesar de las turbulencias,

De mirar lo más oscuro de la mente humana.

Uno se siente seguro


Intuye que el sueño puede terminar.

Que las monótonas pero seguras costas de la realidad

Están a solo un click de distancia.

Y así.


En esta intrépida pero comodina travesía

Se encuentran dos cibernautas que

Ignorando la geografía y el horario

Abolieron la distancia para encontrarse.


Separados por ríos, muros y fronteras.

Son unidos por una red celestina

Que posee el poder casi cabalístico

De penetrar en el interior de nuestras vidas.


Los dos viajeros, sin detener su camino

Se hacen compañía durante la velada.

Oscilando a la velocidad de la luz

Entre lo infinitamente cercano y distante.


Y a pesar de este frio cyber-espacial,

Encuentran calor en el claro-oscuro de la pantalla.

Se saben cómplices de una sonrisa

Los une un cordón de cristal.


Se saben cómo electrones

Que sin poder tocarse,

se empujan y se jalan

en un eterno cortejo.


Más antiguo que todas las memorias

Es la marcha nupcial del universo.

Un baile conocido desde el comienzo de los tiempos

Y que después de tanto tiempo sigue de moda.


Como la tierra y la luna en su coqueteo salvaje

Mueven océanos y demandan la serenata de los lobos

Como el todo, y siendo parte de el

Somos adictos a la fuerza que nos ejerce nuestra otra parte.

1 comentario:

Aline Salazar dijo...

Pa que no digas que no te leo.

¿ Tu lo escribiste?